domingo, 15 de abril de 2012

II Congreso Internacional sobre el Caribe: Cartografías de Género(s). Reseñas


Las cuentistas caribeñas, feministas de su tiempo

POR
ALMA TORANZO
  29 MARZO, 2012



En el marco del II Congreso Internacional del Caribe, que se celebra en la Universidad Carlos III de Madrid del 26 al 29 de marzo, diferentes temas que van desde las migraciones a la literatura o el arte, siempre bajo el enfoque de “cartografías de género”, se pondrán sobre la mesa para su exposición y debate. En este contexto, los cuentos caribeños de Cuba, Puerto Rico y la República Dominicana escritos por mujeres se presentan como un género asociado -entre  otros aspectos- al feminismo que ha evolucionado profundamente a lo largo del siglo XX.

A pesar de que la producción de las tres islas ocupa una posición menor en el conjunto de la cuentística hispanoamericana (20%) y de que las mujeres también son una minoría dentro de este porcentaje, las autoras caribeñas han escrito y publicado cuentos desde principios del siglo XX. “La producción cuentística de mujeres es un claro exponente de la condición absolutamente minoritaria que han ocupado las escritoras. Los datos que manejamos -aunque provisionales- son muy  elocuentes pues nos dicen que de un total de 428 cuentistas solo 83 son mujeres. Lo que supone solo un 19% de producción femenina respecto a los hombres en el área del Caribe isleño”, señala Juana Martínez, catedrática en literatura hispanoamericana y una de las ponentes. El género del terror, el relato de ficción en Cuba y el cuento de la cubana Anna Lidia Vega Serova –una de las autoras más sugerentes del actual panorama literario cubano- son los temas que las especialistas en cuento hispanoamericano Cristina Bravo, Paloma Jiménez y Evangelina Soltero traen a colación. Las ponentes adelantan en esta mesa algunos de los resultados del proyecto de investigación “Fuentes para una historia del cuento hispanoamericano del siglo XX”, un exhaustivo banco de datos en el que están trabajando para reunir a todos los cuentistas hispanoamericanos y todos los libros de cuentos publicados a lo largo del siglo pasado.

Los  pasos iniciales en el cuento caribeño los dan  mujeres nacidas todavía en el siglo XIX o los primeros años del XX con características sociales y culturales semejantes: una gran formación intelectual, el ejercicio de una profesión cualificada, la vinculación a la Universidad, un papel activo en la cultura de sus países, así como un intenso desempeño del ejercicio periodístico son rasgos que se han perpetuado a lo largo del siglo desde estas primeras cuentistas hasta la actualidad. Además, “es importante destacar que todas ellas pertenecieron a los primeros grupos  feministas de sus respectivos países con una intensa actividad por la causa de la mujer que no sólo no ha desaparecido entre las cuentistas actuales sino que se ha incrementado y adecuado a las corrientes de pensamiento actuales”, señala Juana Martínez. Especialmente representativas en este ámbito fueron las escritoras puertorriqueñas (Ana Roqué, María Cadilla y Trina Padilla) y las cubanas (Ofelia Rodríguez Acosta  y Lesbia Soravilla). Sin embargo, en la República Dominicana no hay que olvidar una  figura de gran altura, la de la cuentista Virginia Elena Ortea, que en el exilio puertorriqueño fue un ejemplo de feminismo a través de sus artículos y de su propia vida, modelo de independencia y autosuficiencia económica e intelectual. Es la única mujer que escribió una zarzuela titulada “Las feministas” -quizás la única zarzuela dominicana- escrita en 1879, con música del maestro puertorriqueño José Rodríguez Arresón.

El conjunto de la obra de estas fundadoras del cuento femenino nos habla de una producción en la que se combinan varios géneros, lo que hace difícil su clasificación como cuentistas netas: junto al cuento, la poesía, la crónica, el ensayo, la historia, la biografía y la novela son los géneros de los que se sirven para realizar su actividad literaria, que en su caso está dirigida fundamentalmente a dos ámbitos:  la educación infantil, juvenil y cívica en general y el rescate y la conservación de las tradiciones de sus respectivos países. Pero la mayor parte de su obra cuentística quedó dispersa en la prensa periódica de la época y solo avanzado ya el siglo XX empezamos a encontrar libros de cuentos con una finalidad no social sino puramente literaria. En las décadas de los 60 y 70 se incrementan ligera pero progresivamente los libros de cuentos publicados por mujeres para explotar definitivamente en los 80 en un aluvión que aumenta sin parar.

En 40 años, la cuentística femenina caribeña sufre una evolución tan rápida que, a partir de los años 80, ya no se puede hablar de desfase literario entre hombres y mujeres. “La creación femenina del cuento adquiere tal pujanza y calidad que no solo se sitúa en un lugar de igualdad respecto a la masculina sino que a veces le supera. Si bien es verdad, las mujeres siguen siendo una minoría cuantitativa dentro del género cuento. Sobre todo en República Dominicana, donde no se podría contabilizar un gran número de cuentistas pese a su incremento en los últimos años”, afirma Juana Martínez. Sin embargo, allí se encuentra un grupo de cuentistas de gran relevancia nacional como Ligia Minaya, que destaca por sus cuentos eróticos, Ángela Hernandez Núñez, magnífica artífice del género que combina el cuento tradicional con otro más experimental, o la gran intelectual Carmen Imbert Brugal, feminista transgresora. A ellas hay que añadir la joven Rita Indiana Hernández cuya obra, a todas luces rupturista e innovadora, comienza a tener repercusión internacional.

De mayor envergadura es la cuentística puertorriqueña que cuenta ya con grandes figuras y sigue promocionando a jóvenes escritoras. A partir de los 70, Rosario Ferré dio un gran impulso al cuento, al renovarlo formalmente y plantear nuevas miradas sobre los mitos y convecciones sociales de su entorno con especial atención a la situación sociocultural de las mujeres y al problema de la identidad nacional puertorriqueña.  Ana Lydia Vega contribuyó con su personal interpretación de la identidad caribeña; así como Mayra Montero que desarrolla en sus cuentos mitos y creencias del mundo afro-antillano. Sin olvidar los cuentos de Magaly García Ramis y Lourdes Vásquez.

En la cuentística cubana actual, que se asienta en una larga y destacada tradición de mujeres cuentistas y sigue siendo la producción femenina más nutrida del Caribe, aparecen destacadas figuras como Elena Llana, Ana Luz García Calzada, Aída Bahr y la gran intelectual Mirta Yáñez, que en los años 70 da un nuevo giro al cuento rompiendo con la épica realista revolucionaria para adentrarse en una posición más intimista. Actualmente, la cuentística cubana femenina alberga una gran cantidad de tendencias  y ramificaciones que van desde las exploraciones en la experiencia humana en el ámbito de lo cotidiano hasta los vuelos de la imaginación de lo fantástico, con los cuentos de Daína Chaviano  y Ena Lucía Portela, entre otras.

En líneas generales la última cuentística de las mujeres caribeñas no es muy distinta de la que se produce en otros lugares del continente americano. Se interna en asuntos relacionados con la identidad, la cultura, la emigración, la situación de la mujer y el cuerpo femenino, el lesbianismo, el erotismo, la conciencia privada, la globalización y las cuestiones relacionadas con la posmodernidad. Todo ello con las armas del humor, la ironía, la parodia, el terror, la ciencia ficción y con el uso de un lenguaje múltiple que maneja todos los registros posibles desde los que reproducen los populares de la calle y los descarnados de los mundos marginales hasta los más elaborados poéticamente.


II Congreso Internacional sobre el Caribe: Cartografías de Género(s). Reseñas


Autor: Jesús “Chucho” García
Fecha de publicación: 25/03/12
Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/a140756.html

Cartografías de género(s)

La Asociación YoSoyElOtro, prepara un segundo congreso, que es una provocación, bajo la denominación de Cartografía de Género, el cual se realizará del 26 al 29 de marzo. En su convocatoria expresan que “Tradicionalmente uno de los ejes definitorios de los géneros se basa precisamente en la relación con el espacio; si bien históricamente la dicotomía mujer/hombre solía igualarse a casa/mundo, estas divisiones distan mucho de ilustrar las territorialidades y sus correspondientes estrategias de territorialización de lo femenino/masculino, y exigen, por lo tanto, ser replanteadas. “Asimismo, el presente encuentro pretende trascender las barreras lingüísticas existentes en la región caribeña, analizando la diversidad que constituye uno de los elementos característicos de la región”. Por último, en este encuentro, que contarán con especialista migrantes del Caribe, se abordarán los fenómenos vinculados tanto a los géneros (también géneros fílmicos, literarios, etc.) así como a las representaciones espaciales en su relación con las diásporas caribeñas, entendiendo que lo diaspórico y el viaje constituye un elemento fundamental a la hora de comprender la creatividad de las culturas caribeñas.

* YoSoyElOtro se crea a partir de la conciencia de sabernos otros (y otras) y vivir en un país (otro país) en el que tenemos que reinventarnos sin olvidarnos, y en el que siempre seremos otros, distintos al que éramos

Desde hace algún tiempo la discusión sobre el espacio Caribe sigue siendo de mucha importancia para los distintos enfoques sobre pluralismo y diversidad cultural que se vienen gestando inacabablemente desde el siglo antepasado a nuestros días. La asociación cultural YoSoyElOtro, liderada por la venezolana Dagmary Olívar y el puertorriqueño Jesús del Valle Vélez, ha realizado un esfuerzo extraordinario como migrantes del Caribe en Madrid, para retomar esta discusión que ya tiene como antecedente su primer congreso realizado en el 2009 titulado El Mito de la Mujer Caribeña y ahora su segundo congreso bajo el nombre de la Cartografía de Género.

Del “otro” a la “notredad”

Según el manifiesto de la organización YoSoyElOtro, expresan que “el otro” es el Caribe. 24 países, tanto insulares como continentales que conforman la Cuenca del Caribe y la gente que los puebla, físicamente o en la distancia. Gente de procedencias disímiles y añoradas, de colores y creencias diversas, de lenguas que mueren para nacer renovadas en academias que nadie reconocerá, de ritmos que recorren la tierra, de lugares comunes y paisajes de almanaques turísticos, de mitologías que se han olvidado y otras que nacen cada madrugada. Gente que comparte un sol, un mar y una historia que cambió el mundo y creó uno nuevo. Un nuevo mundo que muchos han tenido que abandonar para comenzar una vida, que se vuelve otra. Yo Soy el Otro se crea a partir de la conciencia de sabernos otros (y otras) y vivir en un país (otro país) en el que tenemos que reinventarnos sin olvidarnos, y en el que siempre seremos otros, distintos al que éramos. Como entidad sin ánimo de lucro, “nuestro fin principal es la investigación, la creación, la difusión y el apoyo de diversas expresiones artísticas y culturales relacionadas con el Caribe y con los caribeños y sus descendientes en Madrid y el resto del territorio español”, aseguran.

Este enfoque de la "otredad" definido de la caribeñidad migrante, pudiera, como dijera el intelectual afroperuano ya fallecido, Pepe Luciano, redefinirse como “notredad”, pues si el otro nos definió como “otros”, nosotros debemos redefinirnos como “nosotros”, bajo nuestra propia subjetividad como lo habíamos enfocado en unas de las discusiones en el Congreso del Mito de la Mujer Caribeña, plasmado en un hermoso texto producido por Dagmary y Jesús del Valle que lleva el nombre de ese congreso.



sábado, 14 de abril de 2012

II Congreso Internacional sobre el Caribe: Cartografías de Género(s). Reseñas

Cuentistas caribeñas del siglo XX

Por LH

La segunda ponencia de la Mesa 10: Cuentistas caribeñas del siglo XX, ha versado sobre el cuento de miedo u horror en el Caribe. Así, Cristina Bravo Rozas, de la Universidad Complutense de Madrid presenta: “Mujeres de miedo en el Caribe: del terror al horror”. La profesora Bravo se centra en la autoras puertorriqueñas y explica cómo en un principio la temática del horror era prácticamente inexistente, pues la identidad nacional puertorriqueña, la inmigración, la transculturación, etc… ocupaban la producción literaria en general, no sólo la cuentística. A partir de los años 90, el género comienza a introducirse utilizando la temática de los indios tahínos (los nativos de la isla de Puerto Rico), inspirándose en sus tradiciones religiosas y espirituales. Podría resumirse la producción puertorriqueña en dos grandes bloques: la del realismo mágico y la del humor negro.

Dentro de la primera corriente, destaca “Papeles de Pandora” (1976) de Rosario Ferré. El elemento de terror viene introducido por la chágara (en tahíno, “cangrejo de río”), pero, los elementos sobrenaturales son asumidos con normalidad por los personajes. El elemento de denuncia de género se manifiesta en la transformación de la protagonista en una muñeca de porcelana, poniendo de manifiesto la superficialidad e importancia de las apariencias de la burguesía puertorriqueña, que condenan a las mujeres a posar sonrientes y a desempeñar los roles preasignados por la sociedad. “Los caprichos de Carla”, por su parte, ridiculiza la obsesión de las mujeres por los objetos materiales y por la clase social, hasta el punto de que olvidan el amor. Se manifiesta además, una belleza hórrida de época modernista (la mujer muere envenenada por la tarjeta de unas rosas). Por último, tenemos a Mayra Montero con “Corinne, muchacha amable” (1991). Aquí se mezcla la temática de la política y la represión en Haití con las tradiciones religiosas y espirituales del mundo antillano (que lleva a prácticas religiosas que llevan al escepticismo fantástico). Apollinaire, enamorado de Corinne, consigue que se practique vudú a su amada para que no case con otro hombre, con la esperanza de resucitarla. Lo que provoca la concepción de terror se produce por las perspectivas de que la joven sea una muerta viviente, de “piel endurecida como la de un cerdo marrón” y que come alimañas. Subyace, pues, una escalofriante (para el lector) confusión entre vida y muerte que los antillano ven como algo normal. En segundo lugar, está el humor negro en el cuento de terror representado por Ana Lidia Vega, que busca el horror y elementos de la cotidianedad, y se ríe de ello. En “Delito sin cuerpo”, unos amantes comparten cama y también una misma pesadilla: los sus propios verdugos (es la temática del sueño como morada de sueños y sentimientos)… En “Mas acá”, en medio de una  ardiente escena amorosa, la mujer viuda descubre que su amante es su marido muerto, lo cual hace que ella misma en su terror muera. “Te dije que eras mía para siempre” le espeta entonces el marido. Vemos como una gota de humor y crítica al machismo se desliza de las fauces del horror.

Vemos, en conclusión, como normalmente la “materia prima” del miedo es el instinto de la muerte (el tánatos freudiano), y que éste puede manifestarse en actos de la cotidianeidad.


También en esta Mesa 10, la profesora Evangelina Soltero Sánchez, de la Universidad Complutense de Madrid nos habla de ciencia ficción: “El relato de ciencia ficción en Cuba (1980-1990): Daina Chaviano, entre la ciencia ficción y la fantasía”.

Al igual que vimos con el cuento de terror, podemos encontrar el cuento de ciencia ficción de mujeres caribeñas relación con la gran corriente de la literatura hispanoamericana del siglo XX: El realismo mágico.


El cuento de ciencia ficción ha tenido etapas oscuras, sobre todo antes de 1970. A partir de la nueva década, el género comienza a despegar, aunque no hay que olvidar que, aun en esta época, hay una corriente panfletaria y prosoviética en Cuba de poca calidad literaria.


Daina Chaviano es la gran figura en este sentido, que consigue dar relevancia al género. Las dos grandes obras son “Los mundos que amo” y “Amoroso planeta”. Es especialmente destacable el hecho de que, al igual que Ray Bradbury (Crónicas marcianas), presenta a los extraterrestres como el modelo a seguir; son seres altos, esbeltos, elegantes y bondadosos.


En “Los mundos que amo”, se ejemplifica el estilo que va a caracterizar su obra. Una adolescente relata en primera persona, en un tono naïf, su experiencia con extraterrestres. Se ambienta la obra en tres espacios geográficos, que se corresponden con los distintos intereses de la autora: En primer lugar, Cuba y su gente. En segundo lugar, la mitología prehispánica, (ruinas de Tiahuanaco) y la mitología centroeuropea: duendes, hadas, ruinas celtas en Inglaterra y Francia.


En “Amoroso planeta”, se adopta una forma más poética. Se trata de doce relatos ambientados en espacios y tiempos diferentes en el que el amor se presenta como el único tema, como un planeta, en el sentido griego originario del término: Errante. El amor es ubicuo, intemporal y omnipotente, aunque los seres a quien afecta sea distinto. Se recurre a temas como la parapsicología, el erotismo y el humor. También hay una marcada temática religiosa. En los relatos Getsemaní y La Anunciación, se re-elaboran en todo de ciencia-ficción episodios de la Biblia.

II Congreso Internacional sobre el Caribe: Cartografías de Género(s). Reseñas

Poéticas de retorno. Problematización de las relaciones entre territorio y cultura en relatos de Calvert Casey y del exilio cubano. Ponencia a cargo de Celina Manzoni

Por LH

La conferencia principal de hoy se ha titulado “Poéticas de retorno. Problematización de las relaciones entre territorio y cultura en relatos de Calvert Casey y del exilio cubano”, y ha corrido a cargo de la profesora Celina Manzoni, de la Universidad de Buenos Aires.

En ella la profesora Manzoni ha ahondado en la complejidad de los sentimientos de los poetas que vivieron exiliados de su hogar, “dos casas, dos lenguas, dos nostalgias”. Se trata de una cuestión de máxima relevancia, pues está temática de la patria ha marcado la cultura de Cuba del siglo XX. Y es que, como se ha señalado en la las intervenciones posteriores, la cultura de Cuba es una, independientemente del lugar en que ésta se produzca.

La literatura del retorno y la nostalgia es algo que en cierta medida me era conocido gracias a figuras españolas como Francisco Ayala, Max Aub, Salvador de Madariaga, etc… En definitiva, de los intelectuales españoles exiliados en París y en otros lugares como consecuencia de la represión posterior a la Guerra Civil. Especialmente conmovedor me ha resultado la resistencia de los emigrados a abandonar sus raíces e identidad. Se han citado ejemplos de poetas cubanos en Nueva York que insistían, incluso hablando en inglés, en mantener deliberadamente su identidad criolla mediante su acento.

Un aspecto que me ha resultado particularmente interesante del tema en cuestión es como la producción lírica con esta temática cesa a partir de la década de los 90, en el que se impone más una poética del cosmopolitismo, del bilingüismo y de la movilidad permanente…Lógicamente esta era de globalización y de auge de las comunicaciones (como las redes sociales) ha dado lugar a este fenómeno de difuminación de la poesía de la añoranza de la patria. En este sentido, cabe citar a Wendy Guerra, que, aun encuadrada dentro de la poética del retorno cubana, en cierto modo fue una precursora de esta nueva corriente al no tratarse de una emigrante política o económica, sino una emigrante voluntaria.
Después de asistir a la conferencia, sin duda dan ganas de conocer la poesía del retorno cubano.

II Congreso Internacional sobre el Caribe: Cartografías de Género(s). Reseñas

Sujetos de fotogramas

Por LH 

Interesantísima ronda de presentaciones en la Mesa número 5 del Congreso, "Sujetos de fotogramas". Los ponentes, desgraciadamente constreñidos por los tiempos, analizan las visiones de lo femenino desde una óptica caribeña centrándose en un tipo de arte relativamente reciente: el cine.
Contamos para esta sesión con la presencia de los doctores Jacqueline Cruz, de la New York University-Madrid y de Rafael Hernández, de la Southern Cincinatti State University y de la doctoranda Natalia Martínez, de "casa", de la UC3M.


En primer lugar, interviene la doctora Jacqueline Cruz, con “Las inmigrantes dominicanas en la literatura y el cine español: A veces sujetos, pero siempre prostitutas o criadas”. Las obras citadas son, principalmente, las películas "Flores de otro mundo" de Icíar Bollaín, y "Deshojando alcachofas" de Fernando León de Aranoa, así como otras novelas. Se denuncia el encasillamiento de la mujer dominicana en roles, como el propio título de la ponencia enuncia, de "siempre prostitutas o criadas", es decir, presenta la realidad de la inmigración femenina sistemáticamente como mano de obra en empleos poco cualificados, como meras "reproductoras" o como prostitutas y  bajo el máximo nivel de dominación masculina. Correlativamente, se transmite una imagen de mujer atrasada e inculta y nunca empleada en trabajos que implican una cierta autonomía personal, por no hablar de experiencias migratorias de triunfo de la mujer. A juicio de la doctora Cruz, el hecho de que siempre se trata el tema de la inmigración de la mujer dominicana por parte de españoles, puede llevar a la hipervictimización que se ha mencionado.

En segundo lugar, el doctor Hernández en “Cultura e identidad en Danzón de María Novaro” analiza las manifestaciones de la concepción tradicional de los roles de género que se desprenden de la película "Danzón". La película toma el nombre de una danza de origen cubano que se propagó a México en el siglo XIX. Esta danza transmite una concepción tradicional de la mujer como un ser dominado, pasivo y simple que parece asumirse sin reparos, para pasar a cuestionarlo deliberadamente mediante figuras de feminidad alternativas a la tradicional, como los travestis y las prostitutas.

Finalmente, la estudiante de doctorado Natalia Martínez, en “Caribeños en el cine español de la Transición: el caso de Pantaleón y las visitadoras”, diserta sobre los roles de género en la adaptación fílmica de la obra de Mario Vargas Llosa, "Pantaleón y las visitadoras", y enlaza su análisis con conceptos sociopolíticos muy interesantes, como el carácter transgresor del cine español de la Transición (como consecuencia de la liberación cultural que supuso el fin de la dictadura franquista) o la idea del "colonialismo de género" de las mujeres, un colectivo unitario sin voz, que los bravos hombres-soldado deben dominar cual selva.

A modo de valoración personal, me gustaría resaltar un hecho que la primera conferenciante destaca y que algunos oyentes han destacado en el turno de palabra: Dado que sólo hay testimonios de españoles sobre la inmigración femenina dominicana, la sociedad española, ha asumido absolutamente los prejuicios sobre sexualidad, actitud hacia la música, mentalidad sumisa y falta de autonomía de la mujer inmigrante caribeña en España. A buen seguro hay historias de éxito y realización y autonomía personal, pero parece que corresponderá a la propia comunidad caribeña ponerlo de manifiesto.